Diari de tardor
(12)
Antonio Machado
no tenia raó
No la tenia quan
va escriure:
Ya hay un español que quiere
vivir y a vivir empieza,
entre una España que muere
y otra España que bosteza.
Españolito que vienes
al mundo te guarde Dios.
Una de las dos Españas
ha de helarte el corazón.
Proverbios y cantares. (Campos de Castilla)
I no tenia raó
perquè al final sempre són les dues Españas,
no pas una de sola, las que ens gelen el cor.
Sí, en canvi, la
va encertar de ple Jaime Gil de Biedma quan amargament va poetitzar l’evidència de que:
De todas las historias de la
Historia
sin duda la más triste es la de España,
porque termina mal.
Per què?, per què sempre acaba malament la
història d’Espanya? La resposta és molt fàcil i molt evident també, tant com el motiu d’aquell escorpí que no va poder evitar matar al mig del riu a la granoteta
que el transportava. Tenia tota la raó el Sr. Pablo Casado quan va afirmar fa
uns dies que Espanya no ha estat mai un país colonialista com altres, sinó que
només volia (i suposo que segueix volent) fer gran Espanya, es a dir, convertir
en espanyols els que no ho són. Més clar impossible, tant com l’aigua del riu que
es va empassar la granoteta i amb ella també l’escorpí.
No, no som un sol poble.
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Diario de otoño
(12)
Antonio Machado
no tenía razón
No la tenía
cuando escribió:
Ya hay
un español que quiere
vivir y
a vivir empieza,
entre
una España que muere
y otra
España que bosteza.
Españolito
que vienes
al mundo
te guarde Dios.
Una de
las dos Españas
ha de
helarte el corazón.
Proverbios y
cantares. (Campos de Castilla)
Y no tenía
razón porque al final siempre son las dos Españas, no una sola, las que nos
hielan el corazón.
Sí, en cambio,
acertó de pleno Jaime Gil de Biedma cuando amargamente poetizó la evidencia de
que:
De Todas las historias de la Historia
sin duda la más triste es la de España,
Porque termina mal.
¿Por qué?, ¿por
qué siempre termina mal la historia de España? La respuesta es muy fácil y muy
evidente también, tanto como el motivo de aquel escorpión que no pudo evitar
matar en medio del río a la ranita que lo transportaba. Tenía toda la razón el
Sr. Pablo Casado cuando afirmó hace unos días que España no ha sido nunca un
país colonialista como otros, sino que sólo quería (y supongo que sigue
queriendo) hacer grande España, es decir, convertir en españoles a los que no
lo son. Más claro imposible, tanto como el agua del río que se tragó la ranita
y con ella también al escorpión.
No, no somos un
solo pueblo.
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