martes, 26 de septiembre de 2017

The counselor.




Diari de tardor (1)

The Counselor, dirigida per Ridley Scott i guió de Cormac McCarthy, narra la història d'un prestigiós advocat que té greus problemes econòmics. Per solucionar-los i així poder també casar-se amb la seva noia, decideix introduir-se al món del tràfic d'estupefaents, en concret, en el de la cocaïna. Per fer-ho, es trasllada a la frontera dels Estats Units amb Mèxic on s'alia amb un narcotraficant per vendre un carregament valorat en vint milions de dòlars. Quan res surt tal i com ho havien previst, membres del càrtel que no han cobrat els diners, segresten la seva xicota per matar-la. Desesperat contacta per telèfon amb un dels caps per intentar salvar-la fins i tot intercanviant-se per ella.

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Diario de otoño (1)

The Counselor, dirigida por Ridley Scott y guión de Cormac McCarthy, narra la historia de un reputado abogado que tiene graves problemas económicos. Para solventarlos y también así poder casarse con su chica, decide introducirse en el mundo del tráfico de estupefacientes, en concreto, en el de la cocaína. Para ello, se traslada a la frontera de Estados Unidos con México, donde se alía con un narcotraficante para vender un cargamento valorado en veinte millones de dólares. Cuando nada sale como lo habían planeado, los miembros del cártel que no han cobrado el dinero secuestran a su novia para matarla. Desesperado contacta por teléfono con uno de los jefes para intentar salvarla incluso intercambiándose por ella.


-Sí, pero sólo puedo decirle lo que ya le dije a nuestro amigo. No hay nadie con quien hablar.

-¿Podría ir a “The Florida”?

-“The Florida” está cerrado.

-Haré lo que sea que me sugieran.

-No tengo sugerencias, Abogado.

-Podríamos reunirnos en algún lugar.

-Nos estamos reuniendo ahora.

-No estoy seguro que entienda mi posición.

-Claro que sí, Abogado. Las acciones tienen consecuencias que producen nuevos mundos y todos son diferentes. Hay cierto mundo en el que los cadáveres se entierran en el desierto. Hay otro en que los cadáveres se dejan a plena vista. Y todos estos mundos, hasta ahora desconocidos para nosotros, deben de haber estado siempre allí, ¿no es cierto?

-No lo sé.

-¿Dijo algo?

-No sé lo que decía.

-Abogado, en algún punto debe reconocer la realidad del mundo en el que vive. No hay otro mundo. No es un hiatu.

-Hiato

-¿Cómo?

-Creo que la palabra es “hiato”.

-¿Puede deletreármela?

-H – i – a – t – o

-Hiato. Gracias, Abogado.

-¿Me ayudará?

-Le insto a ver la verdad de la situación en la que se encuentra, Abogado. Ese es mi consejo. No me toca decirle lo que debió o no debió haber hecho. El mundo en el que usted busca enmendar los errores que cometió es diferente del mundo en el que se cometieron dichos errores. Ahora se encuentra en esa encrucijada. Y usted quiere elegir, pero ya no hay elecciones que tomar. Sólo le queda aceptar. Las decisiones se tomaron hace mucho tiempo. ¿Sigue ahí, Abogado?

-Sí.

-No quiero ofenderlo, pero hombres reflexivos a menudo se encuentran en un lugar muy alejado de las realidades de la vida. En todo caso, deberíamos preparar un lugar listo donde podamos acomodar todas las tragedias que tarde o temprano llegarán a nuestras vidas. Pero este es un recurso que muy pocas personas emplean. ¿Conoces la poesía de Machado?

-Conozco su nombre.

-“Caminante no hay camino, se hace camino al andar”. Excelente poeta. Machado era maestro de escuela y se casó con una muchacha muy joven y bella. Y la amaba mucho. Y ella murió. Y entonces él se convirtió en un gran poeta.

-No voy a convertirme en un gran poeta.

-No, tal vez no. Pero incluso si lo hiciera no le serviría de nada. Machado habría cambiado cada palabra, cada poema, cada verso que escribió por una hora más con su amada. Y eso es porque cuando se trata de dolor, las reglas normales de intercambio no se aplican, porque el dolor trasciende al valor. Un hombre daría naciones enteras para sacar el dolor de su corazón y, sin embargo,  no se puede comprar nada con el dolor. Porque el dolor no vale nada.

-¿Por qué me dice esto?

-Porque usted continúa negando la realidad del mundo en el que está. ¿Ama tanto a tu esposa, tan completamente, que intercambiaría su destino por el de ella? Y no me refiero a morir, porque morir es fácil.

-¡Sí! ¡Sí, maldita sea!

-Es bueno saberlo, Abogado.

-¿Qué está diciendo? ¿Dice que eso es posible?

-No. Es imposible.

-Dijo que yo era ese hombre, en la encrucijada

-Sí. En el entendimiento que la vida no le permitirá dar marcha atrás. Usted es el mundo que ha creado, y cuando usted deje de existir este mundo que ha creado también dejará de existir. Pero para aquellos que entienden que están viviendo los últimos días del mundo, la muerte adquiere un significado diferente. La extinción de toda la realidad es un concepto que ninguna resignación logra abarcar. Y entonces, todos los grandes proyectos y los grandes planes quedarán finalmente expuestos y revelados tal lo que son. Y ahora, Abogado, debo dejarle, he de colgar para hacer otras llamadas. Si tengo tiempo creo que tomaré una pequeña siesta.

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