Diari d’estiu (3)
L’amor és una
patata.
La Viquipèdia ens
diu que la paraula patata prové del “taíno (llengua ameríndia caribenya) batata, que indicava el moniato o patata dolça; la paraula es va veure influïda pel quítxua papa, amb el mateix significat”.
Són curioses les similituds dels sons
universals: pa, ma i ba associats al pare, a la mare, als
avis i a les patates en moltes llengües
del món; sons que s’aprenen de petit mentre memoritzes les olors corporals del
teu pare i la teva mare quan et porten a coll, t’abracen i et petonegen, molt
abans que aprenguis a parlar.
He comptat milers de receptes diferents
de cuinar patates arreu del planeta, des de l’humil patata bullida a la popular
patata fregida. Les patates han salvat a la humanitat de la fam i ens han donat
com si res els plaers de cuinar-les i menjar-les, a més també de permetre fer
amb elles segells improvisats si ens veiem en la necessitat de falsificar a
corre-cuita un passaport o un salconduit per fugir escàpols d’algun país o
circumstància adversa, tal i com ens han explicat moltes pel·lícules
d’aventures.
La meva mare preparava unes delicioses
patates al forn amb una vinagreta en la que no podies deixar de sucar-hi pa.
Les cuinava senceres, amb tota la pell, amb uns quants talls i un rajolí d’oli
per a que es fessin millor per dins, les embolicava amb paper d’alumini i el
forn ben calent durant uns trenta o quaranta minuts depenent de la mida de les
patates.
Les patates no tenen res a veure amb la alta
cultura ni amb la cultura pop tot i que formen part d’una de les bombolles més
característiques i populars dels nostres temps, la bombolla gastronòmica, la
dels xefs i estrelles Michelin, al
igual també que la bombolla artística de la que ningú en parla, però de la que
sovint degoten notícies com la del IVAM que a més d’inflar en més d’un milió el
nombre de visitants que rebia comprava obra un 1.500 % superior al preu de
mercat. Em pregunto quan deuen valdre ara les col·leccions que s’emmagatzemen a
les caixes fortes dels bancs, segurament ni el valor dels marcs que les
contenen.
Això em recorda que un ex conseller de
la Generalitat catalana cobrava les seves fraudulentes comissions entregant
simplement una targeta de visita de la seva esposa que era pintora per oferir amb
la més absoluta innocència la seva obra. Aneu-hi,
segur que trobareu alguna cosa que us agrada –els hi deia als que havien de
pagar la “mordida”–. Efectivament, anaven
a l’estudi de la senyora pintora i sempre, sempre, sortien amb una peça sota el
braç, una tela caríssima venuda amb la corresponent factura, l’IVA i la retenció
de l’IRPF, tot legal.
Estem envoltats de bombolles que no són
de sabó, l’amor és una d’elles? Les sèries llatinoamericanes podrien fer pensar
que sí, però jo penso que no, per què?, perquè l’amor és, com ja hem dit, una esplèndida
patata, no en tinc cap dubte, i una cosa tan bona com aquest humil tubercle no
pot ser mai l’instrument de cap autoengany, oi?
Avui han vingut a visitar-me l’Aleix i
la Dina, uns molt bons amics, ell és barceloní i ella d’Ekaterinburg, més enllà
dels Urals. La veritat és que m’han fet enveja. Adjunto una foto al final dels
tres.
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Diario de verano (3)
El amor es una patata.
Wikipedia nos dice que la palabra patata proviene del "taíno (lengua amerindia caribeña) batata,
que indicaba el boniato o patata dulce; la palabra se vio influida por el
quechua papa, con el mismo significado".
Son curiosas las similitudes de los sonidos universales: pa,
ma
y ba asociados al padre, la madre, los abuelos y a las patatas en
muchas lenguas del mundo; sonidos que se aprenden de pequeño mientras memorizas
los olores corporales de tu padre y de tu madre cuando te llevan a hombros, te
abrazan y te besan, mucho antes de que aprendas a hablar.
He contado miles de recetas diferentes de cocinar patatas en
todo el planeta, desde la humilde patata hervida a la popular patata frita. Las
patatas han salvado a la humanidad del hambre y nos han dado como si nada los
placeres de cocinarlas y comerlas, además también de permitir hacer con ellas
sellos improvisados si nos vemos en la necesidad de falsificar a toda prisa
un pasaporte o un salvoconducto para huir fugitivos de algún país o
circunstancia adversa, tal y como nos han contado muchas películas de
aventuras.
Mi madre preparaba unas deliciosas patatas al horno con una
vinagreta en la que no podías dejar de mojar pan. Las cocinaba enteras, con
toda la piel, con varios cortes y un chorrito de aceite para que se hicieran
mejor por dentro, las envolvía con papel de aluminio y el horno bien caliente
durante unos treinta o cuarenta minutos dependiendo del tamaño de las patatas.
Las patatas no tienen nada que ver con la alta cultura ni con
la cultura pop aunque forman parte de una de las burbujas más características y
populares de nuestros tiempos, la burbuja gastronómica, la de los chefs y
estrellas Michelin, al igual también que la burbuja artística de la que nadie
habla, pero de la que a menudo gotean noticias como la del IVAM que además de
inflar en más de un millón el número de visitantes que recibía compraba obra un
1500% superior al precio de mercado. Me pregunto cuándo deben valer ahora las colecciones
que se almacenan en las cajas fuertes de los bancos, seguramente ni el valor de
los marcos que las contienen.
Esto me recuerda que un ex consejero de la Generalidad
catalana cobraba sus fraudulentas comisiones entregando simplemente una tarjeta
de visita de su esposa que era pintora para ofrecer con la más absoluta
inocencia su obra. Id a verla, seguro que
encontraréis algo que os gusta -les decía a los que tenían que pagar la
"mordida" -. Efectivamente, iban al estudio de la señora pintora y
siempre, siempre, salían con una pieza debajo del brazo, una tela carísima
vendida con la correspondiente factura, el IVA y la retención del IRPF, todo
legal.
Estamos rodeados de burbujas que no son de jabón, ¿el amor es
una de ellas? Las series latinoamericanas podrían hacer pensar que sí, pero yo
pienso que no, ¿por qué?, porque el amor es, como ya hemos dicho, una
espléndida patata, no tengo ninguna duda, y algo tan bueno como este humilde
tubérculo no puede ser nunca el instrumento de ningún autoengaño, ¿verdad?
Hoy han venido a visitarme Aleix y Dina, unos muy buenos
amigos, él es barcelonés y ella de Ekaterimburgo, más allá de los Urales. La
verdad es que me han dado envidia. Adjunto una foto de los tres.
6 comentarios:
Pues sí señor, el amor tiene algo de patata, no se me había ocurrido, pero creo que lo tiene, ajá. Si hablamos del buen amor, claro, y hablamos de buen amor como hablamos de las buenas patatas y todos sabemos reconocerlos (al menos deberíamos a estas alturas), al margen de burbujas y boberías mediáticas: el buen amor llena el corazón como la buena patata llena de sabor la boca y necesita de pocos aderezos y aspavientos. Una buena cocción, una pizca de sal y ahí lo tienes... que tienes el día creativo y fiesta pur vale, ya lo elaboras y adornas un poco más, pero el día a día es fácil y evita la inanición de tus arterias.
O algo así era pero seguro que usted me entiende.
Y sí, estanos rodeados de burbujas porque estamos rodeados de memos y nosotros muchas veces lo somos también, pero ni el amor ni la amistad lo son, afortunadamente. Y están ahí para guiarnos... y se le ve bien guiado en esa imagen, Peletero.
Besos cabo.
La entiendo perfectamente, querida Marga, además, y sin que sirva de precedente, estoy de acuerdo con usted. El día a día, bien llevado puede ser la gloria como una comida sencilla pero deliciosa y nutritiva para ese músculo que llamamos corazón, es en esas cosas donde se da el buen amor del que hablamos porque ellas son las que soportan el peso de los días y de las noches que a la vez nos aguantan a nosotros.
Y sí, también toda la razón en eso de los memos y que nosotros, al menos yo sí, no sé usted, soy uno de ellos, un grandísimo memo, bueno, no tanto, un poquitín memo sí, un tontaina, vamos!
El amor es una patata y una coliflor o un percebe, o lo que usted quiera.
En fin. ¿Sólo me considera un cabo?, yo pensaba que ya había ascendido a sargento!!
En la foto el bigote parece que esté un poco torcido, pero no, está recto, me lo recorto con escuadra y cartabón.
Besos capitana.
Mí amigo Cornadó, siempre que alguien se da valor les llama patatas a la importancia.
Y ciertamente es así. Las patatas son el complemento, la ayuda, el relleno y el engorde de todo buen plato, pero a veces falta la chicha y rellenan lo que falta con patata...
Y es cierto que gracias al tubérculo en cuestión se mitigó el habre de muchos países.
Salut.
Ya sabes Miquel que la Trinca decía que venimos de la patata y no del mono, pues eso. Sí, la patata ha salvado a muchos del hambre y cuando había malas cosechas por culpa de sequias o plagas las hambrunas eran devastadoras.
La chicha somos nosotros Miquel, si no la hay es que nosotros estamos ausentes y eso en el amor es fatal.
Salut
Nosaltres també us apreciem molt Xavier :) Algun dia quedem i mengem una bona truita de patata :)
Nosaltres també, Aleix!!
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