Diari de
primavera (21)
El discurs del
rei.
Fa pocs dies que
s’acaba d’estrenar al Teatro Español de Madrid El
discurso del rey dirigida per Magüi Mira i interpretada en els papers
protagonistes per Adrian Lastra i Roberto Álvarez. És una obra basada en la
pel·lícula The
King's Speech que va
dirigir el 2010 Tom Hooper amb guió de David Seidler i que va tenir una
excel·lent acollida de crítica i de públic. Com tothom sap el film narra la
peripècia del rei Jordi VI del Regne Unit a compte de la seva tartamudesa i
l’inconvenient evident que això li representava per a fer discursos i exercir, en un sentit ampli i digne del terme, la seva feina.
No vaig voler
veure la pel·lícula quan la van estrenar i no l’he vist fins fa poc, i ho he
fet sol, a casa i per la televisió. Per què? Perquè en l’adolescència vaig
patir un tartamudeig similar i em fereix veure algú quequejar, encara que sigui
en la ficció, de manera tan llastimosa.
La setmana
passada, però, un altre rei, en aquest cas en exercici present i de dicció
perfecte, va fer també un discurs. Una mena de Rei de Copes va brindar per la
República; Felip VI d’Espanya va parlar als francesos i he de confessar que em
va costar molt més veure’l a ell fent el seu teatre polític com el veritable
actor professional que és, que a Colin Firth interpretant el paper d’un pobre
Jordi VI tartamut adreçant-se al seu país per la ràdio per a comunicar-los la
Declaració de guerra a l’Alemanya nazi.
M’és difícil no
tartamudejar ara com quan era un jovenet si he d’opinar sobre la figura
política i la persona de Felip VI i el fingiment inherent a un càrrec, la pantomima
i la hipocresia professional o profunda, la hipocresia francesa també, d’una
classe política i de tot un poble, que va tractar com a gossos als espanyols
que travessaven derrotats la frontera durant la Guerra Civil d’Espanya, el
bressol dels valors republicans i de la democràcia moderna a Europa tot
ofegant-se en la seva supèrbia.
Així doncs, és
molt millor que em calli i deixi a altres la feina de parlar en veu alta com
ara en David Torres en aquest article
de Público on ho fa de manera excel·lent i magnífica i, com sempre ens té
acostumats, amb la ironia i l’humor necessaris que no li resta pas, tot el
contrari, ni una engruna d’encert ni d’amargura per aquesta Espanya que sempre
mata als seus fills i els deixa abandonats i sense enterrar a les cunetes del
seus polsosos camins.
Només recordaré,
però, dos llibres, Vivos
en el averno nazi i La agonía de
Francia. El primer és de Montserrat
Llor, directora de relacions públiques del Centre Cultural Blanquerna de
Madrid, al costat del Círculo de Bellas Artes, on tracta el testimoni dels
espanyols republicans fugits cap a França el 39 i que encara viuen i que van
sobreviure als camps nazis, prèviament lliurats per les autoritats franceses
des dels camps de refugiats on vivien maltractats. El segon llibre és de Manuel
Chaves Nogales, un periodista i escriptor fantàstic d'aquells anys. El seu
llibre és una descripció i denúncia de la miserable actitud de la França de
llavors.
Fa pocs dies
també el mateix Felip VI va tenir que contemplar i suportar en la final de l’anomenada Copa del
Rei de fútbol com un Camp Nou ple de gom a gom xiulava la seva figura
institucional i l’himne espanyol. Jo no he xiulat mai res, ni tant sols a una
noia bonica ni la tonada d’una cançó, però quan va sonar l’himne a l’accedir a
la llotja de l’Estadi Olímpic de Montjuic el rei Joan Carles I durant la
inauguració l’any 1992 dels Jocs Olímpics de Barcelona i mentre molts es
posaven dempeus molts altres romaníem asseguts.
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Diario de primavera (21)
El discurso del rey.
Hace pocos días que se acaba de estrenar en el Teatro
Español de Madrid El discurso del rey
dirigida por Magüi Mira e interpretada en los papeles protagonistas por Adrian
Lastra y Roberto Álvarez. Es un trabajo basado en la película The Kings Speech que dirigió en 2010 Tom
Hooper con guión de David Seidler y que tuvo una excelente acogida de crítica y
de público. Como todo el mundo sabe el filme narra la peripecia del rey Jorge
VI del Reino Unido a cuenta de su tartamudez y el inconveniente evidente que
esto le representaba para hacer discursos y ejercer, en un sentido amplio y
digno del término, su trabajo.
No quise ver la película cuando la estrenaron y no la he
visto hasta hace poco, y lo he hecho solo, en casa y por la televisión. ¿Por
qué? Porque en la adolescencia sufrí un tartamudeo similar y me hiere ver a
alguien tartamudeando, aunque sea en la ficción, de manera tan lastimosa.
La semana pasada, sin embargo, otro rey, en este caso en
ejercicio presente y de dicción perfecta, hizo también un discurso. Una especie
de Rey de Copas brindó por la República; Felipe VI de España habló a los
franceses y he de confesar que me costó mucho más verlo a él haciendo su teatro
político como el verdadero actor profesional que es, que a Colin Firth
interpretando el papel de un pobre Jorge VI tartamudo dirigiéndose a su país por
la radio para comunicarles la Declaración de guerra a la Alemania nazi.
Me es difícil no tartamudear ahora como cuando era un
jovencito si tengo que opinar sobre la figura política y la persona de Felipe
VI y el fingimiento inherente a un cargo, la pantomima y la hipocresía
profesional o profunda, la hipocresía francesa también, de una clase política y
de todo un pueblo, que trató como perros a los españoles que atravesaban
derrotados la frontera durante la Guerra Civil de España, la cuna de los valores
republicanos y de la democracia moderna en Europa ahogándose en su soberbia.
Así pues, es mucho mejor que me calle y deje a otros el
trabajo de hablar en voz alta como David Torres en este artículo
de Público donde lo hace de manera excelente y magnífica y, como siempre
nos tiene acostumbrados, con la ironía y el humor necesarios que no le resta,
todo lo contrario, ni una migaja de acierto ni de amargura por esta España que
siempre mata a sus hijos y los deja abandonados y sin enterrar en las cunetas
de sus polvorientos caminos.
Sólo recordaré, no obstante, dos libros, Vivos
en el averno nazi y La agonía de
Francia. El primero es de Montserrat Llor, directora de relaciones
públicas del Centre Cultural Blanquerna de Madrid, junto al Círculo de Bellas
Artes, donde trata el testimonio de los españoles republicanos huidos a Francia
el 39 y que aún viven y que sobrevivieron a los campos nazis , previamente
entregados por las autoridades francesas desde los campos de refugiados donde
vivían maltratados. El segundo libro es de Manuel Chaves Nogales, un periodista
y escritor fantástico de aquellos años. Su libro es una descripción y denuncia
de la miserable actitud de la Francia de entonces.
Hace pocos días también el mismo Felipe VI tuvo que contemplar
y soportar en la final de la llamada Copa del Rey de fútbol como un Camp Nou
lleno hasta la bandera silbaba su figura institucional y el himno español. Yo
no he pitado nunca nada, ni siquiera a una chica bonita ni la tonada de una
canción, pero cuando sonó el himno al acceder al palco del Estadio Olímpico de
Montjuich el rey Juan Carlos I durante la inauguración en 1992 de los Juegos
Olímpicos de Barcelona y mientras muchos se pusieron de pie muchos otros
permanecimos sentados.
Robert Capa
4 comentarios:
Tampoco he visto la película, tendré que hacerlo.
Sobre Francia y la guerra incivil decirte que tengo que darte la razón, trataron tan mal a los refugiados que muchos ecaparon del campo de concentración para volver a internarse en españa con lo que aquello comportaba.
Sobre el discurso del rey creo que hizo una cosa que nadie hubiera hecho; no lo hubiera hecho su padre, ni tan siquiera Aznar como presidente, el hablar de los muertos republicanos y de los primeros liberadores de París (sino recuerdo mal la primera tanqueta que pisó París se llamaba Guadalajara).
No es fácil ser rey de un pais que sus 17 presidentes son feudales en sus planteamientos y los súbditos unos anarcos.
Tampoco yo he pitado nunca a ningún símbolo, en realidad no los reconozco, pero no me molestan ni me preocupan. No son tan importantes, al menos para mí
salut
Los símbolos colectivos no son otra cosa que símbolos colectivos y no privados, apreciado Miquel, no son la fotografía de la Primera Comunión o el anillo aquél que te regaló tu bisabuelo que a su vez se lo había regalado el suyo y, por consiguiente, no se pueden ni reconocer ni dejar de reconocer, ahí están, para bien o para mal, enfrente los tenemos. Sería como no reconocer el Estado que, para bien o para mal, nos administra, son un hecho.
Bien está el homenaje a La Nueve, la Compañía de republicanos españoles que entró en París, que no los reconoció antes ni Juan Carlos ni Aznar, ni tampoco Felipe González ni Zapatero, ¿por qué te olvidas de ellos?
En cuanto a Felipe VI, lo siento, pero, ¿qué quieres que te diga? Para algo enlazo el artículo de David Torres que me parece no has leído:
“En medio de este gesto tan campechano y tan español, Felipe VI todavía tuvo tiempo de recordar a algunos grandes artistas españoles a los que París acogió con los brazos abiertos, “como hijos propios”; entre ellos citó a Falla, Buñuel y Machado, tres insignes hijos del exilio, y el más republicano de todos, Machado, que murió poco después de cruzar la frontera, como si hubiera ido a Colliure de vacaciones. Igualdad, libertad, fraternidad. Palabra de borbón.”
¿A alguien del nivel y la preparación que se le supone al actual rey puede citar a Machado como un artista acogido con los brazos abiertos por los franceses? Parece, sinceramente, una broma de mal gusto.
Salut.
Segur que el pare em va fer seure també en aquell moment de la inauguració :) Així que tb hi fóreu a la inauguració , no ho tenia present :)
Sí, però no hi vam anar plegats. Nosaltres amb dues amigues, amb una d’elles ens veurem aquest estiu, és de París nascuda a Barcelona i filla d’uns amics dels pares que van emigrar. Tenen una casa a Calafell. Li feia molta il•lusió assistir a la inauguració del Jocs de la que diu és la seva ciutat també. És un cas, encara que més gran que ell, com el del Valls, el primer ministre francès.
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