lunes, 20 de octubre de 2014

All or nothing



Diari de tardor (8)

All or nothing

De la mateixa manera que hi ha diferents classes i graus d'amor, també en hi ha d'amistat. Això potser és una cosa que les persones no sabem del tot, no és freqüent pensar-ho. Ets amic o no ets amic, i prou, o tot o res, all or nothing, ens diem saberuts, perquè sembla que no hi hagi terme mig. Però en hi ha.

En Josep Pla afirmava que hi ha amics, coneguts i saludats. En Pla sempre feia frases així que són en part, només en part, certes, però que tenen l’aparença d'enginyoses, del pagès savi, la contra cara de Dalí. Però en Pla no era tampoc ni únicament ni exclusiva un pagès català, era un home viatjat, molt ben format, periodista corresponsal a l’estranger i coneixia perfectament el món en el que vivia. Era com la Rita Hayworth li diu al Burt Lancaster que és, “tu coneixes prou el món per saber que es pot estar completament sol envoltat de gent”.

Però, em pregunto, és del tot cert que el personatge que interpreta en BL, conegui el món de manera suficient si li fa aquesta mena de preguntes a ella?: “és a mi a qui necessites o és el meu amor?”. La Hayworth li respon com ho faria ara jo i com no fa pas gaire, més d’un any i mig, em van dir a mi, “et necessito a tu, no exactament el teu amor perquè ambdues coses, tu i el teu amor, són indestriables”.

La Rita és una mentidera, segons les seves pròpies paraules, i en Burt un home honest que ha deixat de ser-ho, també segons el que sentim que diu de sí mateix.

En l’escena de Taules separades ens cal veure, per opinar amb propietat, la resta de la pel·lícula, però en el vídeo que enllaço a continuació, Incapable of Love dels famosos Dexys de Kevin Rowland , es diu tot en pocs minuts, em recorda l’enfrontament dels nens d’un post passat. En aquest d’avui els protagonistes adults acaben escridassant-se i llançant-se l’un a l’altre tot un seguit de “NO”s molt contundents i sembla que definitius. 




Ella és una dona enrabiada, alguna cosa hi ha que se li escapa del cor, la sang o l’oxigen dels pulmons, alguna cosa vital que no pot retenir, defensa amb ira i amb les ungles la seva dignitat, no vol que l’home que estima l’enganyi o jugui amb ella, i no claudica als intents per part d’ell de contemporitzar, per establir una relació més relaxada, com ell mateix la qualifica. Ella ho vol tot perquè creu que també ho dona tot, i, en conseqüència, exigeix un tracte just: tot o res.

Per aquesta mateixa raó l’atractiva i guapa Angie Dickinson colpeja amb totes les seves forces a un dels durs clàssics de Hoollywood, en Lee Marvin; plena de fúria i de còlera cau rendida pels seus propis cops, ell és una muralla que, al final de l’escena, se li esfondra al damunt:



Tot o res, all or nothing. Entre aquests dos pols de l’imant que és la vida hi trobem un Univers inabastable, una conversa, una carta, un dibuix, un poema, un munt de petons o una cançó. Entre el tot i el no res hi ha l’esguard d’un cec. Les taules separades del menjador d’un petit hotel són abismes dins d’un mateix llit, llits als que es puja amb tanta facilitat i alegria com es cau d’ells igual que es cau d’un penya-segat, trencant-te el cap i l’ossada. És com anar a la guerra, mai tornes viu.

El darrer any a la QK la mirada se li va anar glaçant, quedant-se fixa en un lloc indeterminat. Fins i tot al seu fill ja no el mirava de la mateixa manera com si l’enamorament del primer dia, i de tots aquests anys viscuts junts amb ell, s’anés assecant igual que la pell d’un pergamí. El caràcter se li va endurir al veure que qui dormia amb ella, a l’altre costat del llit, era la mort i no pas jo. La QK també volia un tracte just, no obstant, en realitat, el tracte no me’l demanava a mi i sí a la vida o a la mort, però cap d’elles fan tractes ni donen segones oportunitats; només, i quan són molt generoses, s’entretenen caminant per la tènue línia que les separa que no és pas altra cosa que un esvoranc al terra, un ull de vidre, o el d’una merla que immòbil guaita un paisatge nevat i buit.

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Diario de otoño (8)

All or nothing

De la misma manera que hay diferentes clases i grados de amor, también los hay de amistad. Esto quizás es algo que las personas no sabemos del todo, no es frecuente pensarlo. Eres amigo o no eres amigo, y basta, o todo o nada, all or nothing, nos decimos sesudos, porque parece que no haya término medio. Pero lo hay.

Josep Pla afirmaba que hay amigos, conocidos y saludados. Pla siempre hacía frases así que son en parte, sólo en parte, ciertas, pero que tienen la apariencia de ingeniosas, del campesino sabio, la contra cara de Dalí. Pero Pla no era tampoco ni única ni exclusivamente un campesino catalán, era un hombre viajado, muy bien formado, periodista corresponsal en el extranjero y conocía perfectamente el mundo en el que vivía. Era como Rita Hayworth le dice a Burt Lancaster que es, "tú conoces lo suficiente el mundo para saber que se puede estar completamente solo rodeado de gente".

Pero, me pregunto, ¿es del todo cierto que el personaje que interpreta BL, conozca el mundo de manera suficiente si le hace este tipo de preguntas a ella?: "¿es a mí a quien necesitas o es mi amor?". Hayworth le responde como lo haría ahora yo y como hace poco, más de un año y medio, me dijeron a mí, "te necesito a ti, no exactamente tu amor porque ambas cosas, tú y tu amor, son inseparables".

Rita es una mentirosa, según sus propias palabras, y  Burt un hombre honesto que ha dejado de serlo, también según lo que oímos que dice de sí mismo.

En la escena de Mesas separadas necesitamos ver, para opinar con propiedad, el resto de la película, pero en el vídeo que enlazo a continuación, Incapable of Love de los famosos Dexy de Kevin Rowland, se dice todo en pocos minutos, me recuerda el enfrentamiento de los niños de un post pasado. En este de hoy los protagonistas adultos terminan gritando y lanzándose el uno al otro toda una serie de "NOes” muy contundentes y parece que definitivos.

Ella es una mujer enrabiada, hay algo que se le escapa del corazón, la sangre o el oxígeno de los pulmones, algo vital que no puede retener, defiende con ira y con las uñas su dignidad, no quiere que el hombre que ama la engañe o juegue con ella, y no claudica a los intentos por parte de él de contemporizar para establecer una relación más relajada, como él mismo la califica. Ella lo quiere todo porque cree que también lo da todo, y, en consecuencia, exige un trato justo: todo o nada.

Por esta misma razón la atractiva y guapa Angie Dickinson golpea con todas sus fuerzas a uno de los duros clásicos de Hoollywood, Lee Marvin; llena de furia y de cólera cae rendida por sus propios golpes, él es una muralla que, al final de la escena, se le derrumba encima:

Todo o nada, all or nothing. Entre estos dos polos del imán que es la vida encontramos un Universo inalcanzable, una conversación, una carta, un dibujo, un poema, un montón de besos o una canción. Entre el todo y la nada está la mirada de un ciego. Las mesas separadas del comedor de un pequeño hotel son abismos dentro de una misma cama, las camas a las que se sube con tanta facilidad y alegría como se cae de ellas igual que se cae de un acantilado, rompiéndote la cabeza y la osamenta. Es como ir a la guerra, nunca vuelves vivo.

En el último año a QK la mirada se le fue helando, quedándose fija en un lugar indeterminado. Incluso a su hijo ya no lo miraba de la misma manera como si el enamoramiento del primer día, y de todos estos años vividos junto a él, se fuera secando al igual que la piel de un pergamino. El carácter se le endureció al ver que quien dormía con ella, al otro lado de la cama, era la muerte y no yo. QK también quería un trato justo, pero, en realidad, el trato no me lo pedía a mí y sí a la vida o a la muerte, sin embargo ninguna de ellas hace tratos ni da segundas oportunidades; sólo, y cuando son muy generosas, se entretienen caminando por la tenue línea que las separa que no es otra cosa que un boquete en el suelo, un ojo de cristal, o el de un mirlo que inmóvil observa un paisaje nevado y vacío.

2 comentarios:

Marga dijo...

A nada, ¿a todo?, en esta vida se le puede pedir el "todo o nada", ya sea amor, amistad o a la propia vida. Y sin embargo nos empeñamos porque creo que en el fondo, en las cuestiones más peliagudas, seguimos siendo niños que piensan que los matices son cosa de mayores y que lo justo es un derecho por mucho que lo justo no tenga mucho de universal y sí de personal y sobre todo, creo, porque tenemos un gran ombligo que todo lo engulle y usted no sabe con quien está hablando, oiga que soy YO.

Una mezcla de puerilidad y arrogancia. Y debilidad, dígase miedo, a que no nos quieran como merecemos y para muestra no quiero un botón, quiero un TODO.

Juzgar en su justa medida este hecho me parece más sencillo que hacerlo con la otra última parte de su post. Yo también recuerdo una mirada detenida como la que describe en el que llamábamos "el hombre tranquilo", mi hermano. Y fue ese hombre hasta el último momento pero recuerdo que esa mirada me paralizaba y me resultaba imposible mantenerla porque era consciente de que miraba desde un ángulo que yo no podía reconocer (no se puede reconocer lo que no conocimos). Es la mirada del que acepta lo inaceptable o al menos del que lo intenta.

Y se me escapa, tanto ahora como en aquel entonces.

Besos todos.

El peletero dijo...

“Miedo, a que no nos quieran como merecemos”. ¿Y qué nos merecemos?, encontrar de vuelta aquello que hemos dado o creemos que hemos dado.

Esa mirada de la que hablamos es una rendija que, permítame el comentario, solamente los grandes retratos en ocasiones también muestran.

El hombre tranquilo fue su hermano, Marga, y mi QK la niña seria.

A mi también se me escapa esa mirada.

Así son las cosas y así serán.

Gracias por sus besos. Igualmente.