Diari d’estiu (21)
Digues que
m'estimes encara que sigui mentida.
Darrerament me
n’he adonat que alguns joves porten pantalons amb elàstics com abans, però ara,
en canvi, penjant per fora en un estrany o curiós doble sentit, no saps si és
el primer gest per despullar-se o el darrer de vestir-se. És un senyal ambigu,
fals i sofisticat de deixadesa, no entens si et diu hola o adéu-siau, si et diu
sí o... et diu no. Potser ni una cosa ni l’altra ni tot el contrari, és un
detall més d’aquesta tendència que expressen les xancletes, esborrar les
diferències entre l’interior i l’exterior, vestir al carrer com ho fas a casa i
vestir per casa igual que al carrer.
Per altra banda, i segons com, el món sembla caminar en
direcció contrària. En el seu darrer post, en Jordi Graupera ens
parla d’una iniciativa legal insòlita que el Congrés de Califòrnia vol dur a
terme. Es tracta de fer aprovar una llei que garanteixi que “sí”, vol dir “sí”.
Evidentment no té res a veure n i amb els elàstics penjant per fora dels pantalons
ni amb el doble “sí” que els partidaris de la independència de Catalunya
proposen respondre a les dues preguntes que ha formulat la Generalitat i els
partits polítics que li donen suport per a la consulta que des de Catalunya
s’intenta dur a terme.
L’origen d’aquest projecte de llei californià guarda
relació amb els nous costums socials i sexuals que s’estan imposant per
defensar i respectar el dret de les dones quan diuen “no”. Aquests nous costums
volent deixar clar, ni més ni menys, una cosa obvia, justa i necessària, que “no” vol dir “no”. En aquest
mateix sentit, dins de la mateixa línea lògica i moral, alguns californians
demanen que “sí”, no signifiqui pas altra cosa que “sí”. També sembla de sentit
comú.
Es veu, com el Jordi explica perfectament, que tot plegat
forma part d’una nova sintonia moral que busca igualment que per llei es facin
públics els acords extrajudicials entre persones, empreses i institucions per
evitar abusos i la proliferació de demandes falses per a aconseguir indemnitzacions
injustes donat que als USA s’ha fet molt mal costum i quasi una moda enjudiciar
a les grans corporacions per qualsevol cosa i demanar a canvi milions de
dollars per no dur-les a judici; això fa que
creguin més que mai en la dita aquella que afirma que sempre és millor
un mal acord que un bon litigi. Crec que el famós cas de Wikileaks gira també al
voltant d’aquesta creuada per la sinceritat, tot a la llum, prou d’ombres!,
venen a dir.
Al bufet d’un advocat amic meu les portes es tanquen, però mai amb clau, tothom
que vol entrar en un dels despatxos, ocupat o no, amb una reunió o no, entra
sense trucar ni demanar permís, així ho fan, entren, simplement, obrint la
porta. Per què?, per evitar allò que li va passar al President Clinton amb
aquella becària?, perquè el professional que treballa al despatx no pugui ser
enxampat fent encreuats o una becaina? Si qualsevol pot entrar en qualsevol
moment sense avisar al teu despatx on treballes has de procurar no fer res
inconvenient.
En sentit contrari i fent ironia, en Joaquim Luna, en un
article a la Vanguardia del passat dia 10, ens parla del “vericidi” que no és
pas altra cosa que, segons ell, el suïcidi de dues persones que s’estimen molt
quan diuen i es diuen la veritat en parella; en conseqüència, ens explica en
Joaquim, sempre és preferible mentir si vols preservar la relació i fer que
duri molts anys. En bona part té raó, ja diuen que el llenguatge és la millor
eina de comunicació que hi ha, però que el silenci és la manera més adequada de
preservar la convivència. Però com resulta que estar callat és un avorriment, i
llavors pots acabar amb el matrimoni a base de badalls, cal mentir, vulguis que
no, per tenir una convivència una mica entretinguda i la esperança, vana
esperança, que el futur serà millor que el passat, ¿sí o no?
Digues que m'estimes encara que sigui mentida, és una novel·la de la Montserrat Roig.
Digues que m'estimes encara que sigui mentida, és una novel·la de la Montserrat Roig.
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Diario
de verano (21)
Dime
que me quieres aunque sea mentira.
Últimamente
me he dado cuenta de que algunos jóvenes llevan pantalones con elásticos como
antes, pero ahora, en cambio, colgando por fuera en un extraño o curioso doble
sentido, no sabes si es el primer gesto para desnudarse o el último de vestir-
se. Es una señal ambigua, falsa y sofisticada de dejadez, no entiendes si te
dice hola o adiós, si te dice sí o... te dice no. Quizás ni lo uno ni lo otro
ni todo lo contrario, es un detalle más de esta tendencia que expresan las
chanclas, borrar las diferencias entre el interior y el exterior, vestir en la
calle como lo haces en casa y vestir por casa igual que en la calle.
Por
otro lado, y según cómo, el mundo parece andar en dirección contraria. En su
último post, Jordi
Graupera nos habla de una iniciativa legal insólita que el Congreso de
California quiere llevar a cabo. Se trata de hacer aprobar una ley que garantice
que "sí", quiere decir "sí". Evidentemente no tiene nada
que ver ni con los elásticos colgando por fuera de los pantalones ni con el
doble "sí" que los partidarios de la independencia de Cataluña
proponen responder a las dos preguntas que ha formulado la Generalitat y los
partidos políticos que la apoyan para la consulta que desde Cataluña se intenta
llevar a cabo.
El
origen de este proyecto de ley californiano guarda relación con las nuevas
costumbres sociales y sexuales que se están imponiendo para defender y respetar
el derecho de las mujeres cuando dicen "no". Estas nuevas costumbres
quieren dejar claro, nada menos, algo obvio, justo y necesario, que
"no" significa "no". En este mismo sentido, dentro de la
misma línea lógica y moral, algunos californianos piden que "sí", no
signifique otra cosa que "sí". También parece de sentido común.
Se
ve, como Jordi explica perfectamente, que todo ello forma parte de una nueva
sintonía moral que busca igualmente que por ley se hagan públicos los acuerdos
extrajudiciales entre personas, empresas e instituciones para evitar abusos y
la proliferación de demandas falsas para conseguir indemnizaciones injustas
dado que en USA se ha hecho muy mala costumbre y casi una moda enjuiciar a las
grandes corporaciones por cualquier cosa y pedir a cambio millones de dólares
para no llevarlas a juicio; esto hace que crean más que nunca en el dicho aquél
que afirma que siempre es mejor un mal acuerdo que un buen litigio. Creo que el
famoso caso de Wikileaks gira también alrededor de esta cruzada por la
sinceridad, ¡todo a la luz, basta de sombras!, vienen a decir.
En el
bufete de un abogado amigo mío las puertas se cierran, pero nunca con llave,
todo el mundo que quiere entrar en uno de los despachos, ocupado o no, con una
reunión o no, entra sin llamar ni pedir permiso, así lo hacen, entran,
simplemente, abriendo la puerta. ¿Por qué?, ¿para evitar lo que le pasó al
Presidente Clinton con aquella becaria?, ¿para que el profesional que trabaja
en el despacho no pueda ser pillado haciendo crucigramas o una cabezada? Si
cualquiera puede entrar en cualquier momento sin avisar en tu despacho donde
trabajas debes procurar no hacer nada inconveniente.
En
sentido contrario y haciendo ironía, Joaquín Luna, en un artículo en la
Vanguardia del pasado día 10, nos habla del "vericidio" que no es
otra cosa que, según él, el suicidio de dos personas que se quieren mucho
cuando dicen y se dicen la verdad en pareja; en consecuencia, nos explica
Joaquín, siempre es preferible mentir si quieres preservar la relación y hacer
que dure muchos años. En buena parte tiene razón, ya dicen que el lenguaje es
la mejor herramienta de comunicación que hay, pero que el silencio es la forma
más adecuada de preservar la convivencia. Pero como resulta que estar callado
es un aburrimiento y entonces puedes acabar con el matrimonio a base de
bostezos, hay que mentir, quieras que no, para tener una convivencia un poco
entretenida y la esperanza, vana esperanza, que el futuro será mejor que el pasado,
¿sí o no?
Dime que me quieres aunque sea mentira, es una novela de Montserrat Roig.
Dime que me quieres aunque sea mentira, es una novela de Montserrat Roig.
2 comentarios:
Me gusta la Roig aunque desconozco esa novela. La buscaré, probablemente, en alguna librería de viejo o en la Cuesta de Moyano. Cada día más libros y autores descatalogados en post de la novedad y las prisas. Tan innecesarias ambas en la lectura, en fin.
Como el sentido común que parece el pobre un esparring de las tontunas que se nos (les) ocurren.
Asi que ante el silencio o la verborrea, lo mejor en pareja: contarse cuentos, ni verdad, ni mentira sino todo lo contrario.
Inventarse una vida y un mundo.
Será que hoy es lunes y me cuesta lo real, jeje. Y anda y que lo zurzan a lo real! ahora que pienso.
Besos cuentistas!
(Espero que el día 11 fuera gozoso para usted)
Ya dicen que la mayoría de los libros, las novedades, no duran en las librerías más de 15 días. Y que los almacenes de las editoriales están llenos de montañas de libros no vendidos.
Tiene razón, toda la razón, en eso que dice de los cuentos, eso es lo que yo hacía, le contaba cuentos a mi novia, cuentos en el buen sentido de la expresión, intentaba poetizar la cotidianidad, pero ella, aunque era literata y leída, era una mujer terrenal con todo lo bueno y lo malo que eso tiene, aunque bien pensado tenía unas buenas y muy fundadas razones para serlo.
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Sí Marga, fue una experiencia muy gozosa, extraordinaria, son aquellos momentos en los que, extraña, curiosamente y sin que sirva de precedente, te sientes orgulloso de tus conciudadanos.
Nadie tiene dudas que se está terminando una etapa, para Catalunya y para España también, lo que nadie sabe es lo que vendrá después. Si las cosas no se canalizan adecuadamente, si el niño no nace sano, si no se hacen los deberes, las consecuencias serán malas, no me atrevo, porque no lo sé, a calificarlas, a poner otros adjetivos, pero si sé que serán malas también para todos. El sentido común obligaría a quien tiene la máxima responsabilidad y las llaves de la caja y de las leyes, a tener altura y buena voluntad, con ellas todo sería más fácil, pero es imposible cuando en su horizonte sólo se vislumbra cortedad, inopia, estupidez, tosquedad y analfabetismo, es el desprecio de aquello que se ignora, como decía Machado.
Besos gozosos.
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