jueves, 26 de enero de 2012

El peletero/Teodoro Van Babel (6)


Teodoro Van Babel

6.
Sus obras.


Teodoro Van Babel fue un pintor mediano al que adornaron dos dispares habilidades: el retrato y la composición simbólica.

La primera queda bien probada en la variedad que empezó a lo largo de su vida, pocos de ellos terminados. La mayoría son rostros a lápiz, algunos coloreados, y esbozos someros de cuerpos y vestidos. De entre todos ellos es obligado resaltar los que realizó a su propia hermana Silvia y también a su familia inglesa, esposo y sobrinos.

A pesar de emigrar a Londres para casarse allí con Christian, Teodoro logró retratarlos a todos desde la distancia sin verlos siquiera, utilizando para tal fin únicamente la memoria, la intuición y las descripciones de ella que parece que dibujaba también algo aunque fuera poco. Todos inacabados, pues nunca llegó a finalizar ninguno de esos retratos familiares en los que a veces él se incluía al lado o al fondo, en ese centro raro que nunca está en medio.

Los años pasaban, los niños crecían y se morían, las personas cambiaban y las pinturas nunca se concluían. El resultado que nos ha quedado, después de capas y capas de carbón y de colores amontonados es el de unos bocetos donde los personajes y los modelos parecen no tener ni edad ni peso. Son fantasmas provisionales que no consiguen traspasar el espejo.

----------------------------------

“Cuando entraron vieron, colgado de la pared, un magnífico retrato de su señor, tal como le habían conocido siempre, en todo su esplendor de su exquisita juventud y de su belleza. Tendido sobre el suelo había un hombre muerto en traje de etiqueta, atravesado el corazón con un puñal. ¡Su cara estaba llena de arrugas, ajada, repugnante! Sólo por sus sortijas pudieron reconocer quién era”.

(El retrato de Dorian Gray, Oscar Wilde, 1890)

8 comentarios:

Marga dijo...

Tal vez Teodoro reconocía en nosotros la única naturaleza cierta que nos habita: la de seres siempre inacabados.

Y no es que me moleste en exceso que mi característica sea precisamente esa: un boceto, un ser cuyo empeño es ir rellenando líneas desdibujadas por otorgarles un algo de peso.

De ahí mi interés por los bocetos de los artistas. Creo.

Dorian Gray si que sería un extremo de vanidad, no le parece?... tan inútil su gesto.

Saludos!

E. C. Pedro dijo...

Peletero, ya he caído en buscar a Van Babel en Google... Esperaré a conocer mejor sus vicisitudes. Por ahora me quedo con esta frase "Los años pasaban, los niños crecían y se morían, las personas cambiaban y las pinturas nunca se concluían". No aún qué significa para el buen Teodoro, pero yo podría ir adelantando que es un buen recordatorio para los herederos de la Modernidad.

Saludos.

El peletero dijo...

Sí, Dorian Gray es un buen ejemplo de soberbia y vanidad, quiere ser una persona terminada, anclada en la belleza de la juventud que expresa el retrato que le ha pintado su amigo. Pero la pintura se convertirá en un espejo moral.

Pico Della Mirándola diría que esa indefinición, no estar terminados, es la que nos permite, todavía, ser algo. Parece que somos una construcción en constante remodelación y reforma, y que si hay algo permanente en nosotros es nuestra provisionalidad.

Pero yo, a veces, pienso que lo que está incompleto es lo que sabemos, o creemos saber, de nosotros mismos. A lo largo de la vida nos buscamos y no siempre conseguimos encontrarnos. En el mejor de los casos, cada año que pasa nos acerca más al principio. Dorian Gray descubre lo que realmente es, o en lo que ha llegado a convertirse, al final.

Saludos.

El peletero dijo...

Como habrás podido observar, apreciado Pedro, Teodoro es un invento, pura ficción.

A los herederos de la modernidad –con dignas excepciones- los caracteriza no saber que antes de lo moderno hubo lo antiguo, creen que son los primeros y que sus pinturas sí son obras conclusas y terminadas.

Saludos.

Inés González dijo...

Apreciado Peletero: hace rato que no venía por aquí, razones de la vida y las preocupaciones. He leído con avidez estos magníficos textos sobre Teodoro Van Babel, y sólo me resta decirte que me han encantado, esa manera tuya exquisita de hacernos conocer la Historia del Arte poco contada tiene un valor inestimable. He disfrutado y aprendido, en un día como hoy me hacía falta esta zambullida. Gracias! Tener esas cartas en tus manos debe haber sido fascinante.
Un gran abrazo

E. C. Pedro dijo...

Es así, Peletero, seguimos siendo rabiosa y ridículamente modernos, como cualquier MArinetti. ¿Romperá el ciclo Van Babel?

Saludos.

El peletero dijo...

Querida Inés, debería haberte respondido antes, pero también, cuestiones de la vida, difíciles y complicadas, me han impedido hacerlo con la prontitud conveniente.

Me alegro que te guste esta historia, en realidad es una reescritura del mismo relato que ya publiqué en “El peletero” hace tiempo. He añadido cosas y he quitado otras, hay algún personaje nuevo y otros han desaparecido, como la misma vida.

Besos.

El peletero dijo...

Apreciado Pedro, es recurrente en la Historia de la Humanidad la idea del “hombre nuevo”, todas las religiones y las nuevas ideologías, muchas expresadas en los Manifiestos artísticos como el Futurista, creen que es posible lograrlo si se aplican las recetas convenientes que dicta el manual. Pero todos sabemos ya que de esas ollas solamente aparecen monstruos, asesinos, locos o idiotas.

Saludos.