21 Julio 2010
Lecciones imaginarias, poéticas y desordenadas sobre arte y pintura.
29. La realidad y el combate.
El conflicto básico, en cualquier circunstancia, siempre es con la realidad, ella es el origen, la causa y la fuente de todos nuestros problemas, males y bienes. Entre la realidad y nosotros no existe componenda posible, no hay trato, no puede haber ninguna clase de negociación. Ella siempre demanda la sumisión total, es el heraldo de Dios, su soldado y su juez más despiadado, incorruptible, ciego sin duda, pero también sordo y a veces mudo.
Si no hay compromiso hay combate. El mundo medieval la sufre, el renacimiento la encuentra, el barroco la busca, el clasicismo la ordena y el Romanticismo la rechaza y la desprecia. ¿Por qué?, porque el ser humano, cuando descubre, o casi inventa, la libertad, inicia un camino inexorable, inevitable y trágico hacía la adolescencia. Un largo trayecto que todavía no ha terminado.
La adolescencia es la peor edad del ser humano donde nada es, ni nada tampoco se sabe, donde todo se ignora y se desconoce, donde sólo existe el miedo que no sirve ni es útil para nada fuera del mal vivir al descubrir que el tiempo tiene fin.
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29M
-“Siempre decías que las ciudades deben tener montañas, atalayas o rascacielos, que París tiene la Torre Eifel y Roma sus siete colinas, y que de las siete ciudades de Cíbola nada se sabe. Existir existen las siete, afirmabas muy seguro, pero todos desconocen si se encuentran en un valle o se hallan en una llanura, si las hemos de buscar tierra adentro o si pisan el mar como Barcelona, la más contemplada por sus propios habitantes. Tú querías ir a la casa de Vallvidrera para admirarla desde su cama y yo te llevaba allí para mirarte a ti, me conmovían tus zapatos gastados y rotos y tus palabras apasionadas que me escribías en papelitos; al final, terminabas viendo rodar la ciudad, cuesta abajo, por la ladera del Tibidabo, mientras, yo me adormecía a tu lado soñando ser un cocodrilo al despertar.” (La madeja. Cartas a un amigo.)
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29H
-“¿Me hablas de zapatos, querida Verónica? Yo también quise ser un alquimista, un estrafalario, y un aventurero como Fabre, él, aunque fue demasiado humilde y sencillo para ello, hizo sus pinitos y sus intentos. Es enternecedor verlo actuar como secundario en esa fantástica película “El salario del miedo”. Su obra dedicada a Picasso es la referencia mundial del malagueño. Nadie que quiera saber algo del “gran” Pablo puede eludir a Palau i Fabre. ¿Me hablas de cocodrilos, de zapatos, o de zapatos de piel de cocodrilo?
LA SABATA (Palau i Fabre)
“He donat el meu cor a una dona barata.
Se'm podria a les mans. Qui l'hauría volgut?
En les escombraries una vella sabata
fa el mateix goig i sembla un tresor mig perdut.
Se'm podria a les mans. Qui l'hauría volgut?
En les escombraries una vella sabata
fa el mateix goig i sembla un tresor mig perdut.
Totes les noies fines que ronden a ma vora
No han tingut la virtut de donar-me el consol
que dóna una abraçada, puix que l´home no plora
pels ulls, plora pel sexe, i és amarg plorar sol.
No han tingut la virtut de donar-me el consol
que dóna una abraçada, puix que l´home no plora
pels ulls, plora pel sexe, i és amarg plorar sol.
Vull que ho sapigueu bé les parentes y amigues:
Josep Palau no és àngel ni és infant model.
Si tenien de mi una imatge bonica,
ara jo els n'ofereixo una de ben fidel.
Josep Palau no és àngel ni és infant model.
Si tenien de mi una imatge bonica,
ara jo els n'ofereixo una de ben fidel.
No vull més ficcions al voltant de la vida;
aquella mascarada ha durat massa temps.
Com que us angunieja que us mostri la ferida,
per aixó deixo encara la sabata en els fems.”
aquella mascarada ha durat massa temps.
Com que us angunieja que us mostri la ferida,
per aixó deixo encara la sabata en els fems.”
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