27 Abril 2010
Día veintiuno.
Se oye un golpe.
- ¿Qué ha sido ese ruido?- te he preguntado alterado.
- Te has vuelto a caer de la cama.
- No, esta vez es algo distinto, el sonido ha sido otro, más hueco.
- Entonces es que han cerrado el ataúd, ya te dije que te habías muerto.
- Sí, debe de ser eso que dices, he muerto. ¿Me quieres?
- ¿Vivo o muerto?
- Vivo.
- Vivo sí, y muerto también. Te quiero siempre y te quiero bien. Ven, recuerda que me debes quince días, hemos hecho un trato, ¿lo aceptas?
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