20 Abril 2009
31. Jane.
Es como hablar de tu gordura, Gordo. Ballard hizo reproducir una pintura perdida de Paul Delvaux para su uso y disfrute exclusivamente. Representa una mujer con un vestido largo de color burdeos que mira fijamente y con atención su reflejo en un espejo en el que aparece desnuda. Ballard dice que su observación “lo transporta a un maravilloso mundo soñado”, y que supone que “habla de algo profundo de la psicología femenina…, deseo, nostalgia, esperanza”. No lo puedo evitar, Gordo, esa frase de “algo profundo de la psicología femenina”, me hace reír, no me burlo, pero me decepciona. Son declaraciones hechas al “The Sunday Telegraph Magazine” el 13 de noviembre de 2005. La cita de antes y que calificas de demasiado larga pertenece a una novela de Paul Bowles. Es sin duda hija de la tan famosa y renombrada de Albert Camus, “El extranjero”, pero quizás en el deseo de superarla, Bowles la hizo más contundente, más demoledora y devastadora. Es una verdadera caída en seco, sin ramas o toldos que paren y amortigüen tu desplome. Al final, el ruido del golpe de tu cuerpo contra el suelo es el mismo que el disparo de una pistola, sin eco, directo al tímpano. ¿Conociste a su esposa, Gordo?, ¿a Jane Bowles, escritora como él? Es un interesante caso de dos muy buenos escritores y esposos, ambos homosexuales.
Sí, la conocí.
¿Leíste su novela, “Dos damas muy serias”?
Sí, la leí. ¿Por qué te ríes de eso que dice Ballard?
Es una risa como la tuya, una risa que no se oye, una decepción.
¿Las mujeres te decepcionan?
¿Sabes swahili, Gordo? ¿Sabes cómo se dice “viento” en esa lengua?”
Sí, lo sé. Se dice upepo.
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