18 Marzo 2009
20. Dos en uno.
Te preguntaba, peletero, por esa dicotomía entre realidad y ficción, ¿qué opinas?, recuerda que tú y yo solamente somos ficción.
Es cierto, eso somos, pero no creo que exista del todo esa separación que siempre se cuenta y que no solamente Ballard apunta, todos lo hacen porque está de moda pensar eso. No creo que haya tanta distancia entre el espacio físico y el mediático. Una de las primeras elaboraciones filosóficas sobre la mentira es de Platón, donde el arte y la ilusión artística solamente son engaños, mentiras y falsedades. La representación de la realidad siempre ha sido sospechosa de falsearla y cambiarla, engañando así al espectador. Es un viejo dilema y una antigua suposición pensar que la realidad tiene la cualidad necesaria para ser entendida por sí misma. Lo es en un primer término, naturalmente, los físicos y todos los científicos lo consiguen a la perfección, pero poéticamente, que es lo que a mí me importa, la realidad es inasible como lo es el propio presente pues ella en él se da, solamente en él es posible.
¿Entonces, peletero? ¿Igual que en el Olimpo, o en el mundo de los muertos?, ¿el mundo de los vivos también necesita de intermediarios y sibilas que nos cuenten qué es eso que vemos? Sin embargo, ten en cuenta que Ballard habla de otra cosa, creo, quizás, de simulacros de algo, de realidades que no explican otras, sino que imitan a otras, él también fue uno de los primeros en hablar de los “no lugares”, esos espacios físicos, esas representaciones arquitectónicas y engañosas de otra cosa. Yo soy eso, un simulacro, y soy tan gordo que casi soy un lugar y no alguien. ¿Qué te pareció esa exposición de pintura abstracta china que fuiste a ver el otro día?, ¿pintan bien esos chinos?
Los chinos sí, pintan bien, muy bien, siempre lo han hecho, y ahora sólo hay que ver las pinturas del premio Nobel de Literatura del 2000, Gao Xinjiang, un gran maestro también de la pintura china contemporánea. En cambio, esos de la exposición no, son un fraude, Gordo, un verdadero engaño, uno más. El mundo del arte es un terreno apropiado para vender a millones de incautos gatos que pasan por ser liebres. Estos pintores chinos y sus marchantes nos cuentan, como si fuera una novedad, historias viejas de ojos que veían en el garabato la luz del universo. Verborrea mala, sofrita, copiada, plagiada, parecen esos asiáticos que les da por ser toreros, o viceversa, una vergüenza, más por ajena que por otra cosa.
¿Entonces?
Una cosa es la representación de la realidad y otra su simulacro. Tú no eres eso, Gordo, tú eres… gordo, dos en uno, o en una, no sé. ¿Qué eres?, ¿hombre o mujer?
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