viernes, 30 de octubre de 2009

El peletero/Conversaciones con "El Gordo" (10)


18 Febrero 2009

…la última parte del “Ulises” de James Joyce, “Penélope”, el largo monólogo de Marion Bloom es un texto sin ninguna clase de puntuación, es la pieza que teje y desteje en un hilo sin fin la esposa del héroe. Es casi imposible de leer, sin embargo se han hecho unas buenas versiones teatrales de él. Es un texto gramaticalmente tramposo al usar la interjección “y” como sustituto de los puntos y las comas. Te leo un fragmento, escucha:

“…y las castañuelas y la noche en que perdimos el barco en Algeciras el guardián haciendo su ronda de sereno con su linterna y ese horroroso torrente profundo y el mar el mar carmesí a veces como el fuego y las gloriosas puestas de sol y las higueras en los jardines de la Alameda y todas las extrañas callejuelas y las casas rosadas y azules y amarillas y los jardines de rosas y de jazmines y de geranios y de cactus de Gibraltar cuando yo era una niña y donde yo era una Flor de la Montaña…”

Todos los artistas trampean y cazan piezas vivas en tenazas dentadas que amputan las piernas y desangran los corazones que se escapan en cada aullido interminable como si fuera una despedida que nunca llega hasta que te arrancan la piel todavía vivo y todavía muerto sin dejarte morir del todo y sin dejarte vivir la vida que te roban entre las tenazas de ese hierro oxidado...

…luego, peletero, hiciste algo que no debías, publicaste unas cartas que no eran tuyas, violentaste una intimidad sagrada, ensuciaste algo muy valioso. Más tarde también diste protagonismo a una lagartija que todos creen que inventaste cuando lo más gracioso es que existe, es tan real como aquel escarabajo que entró aquella mañana. Nunca había entrado uno en tu tienda antes y nunca ha vuelto a entrar ninguno más después. Éste lo hallaste dentro del tubo de cartón del papel higiénico cuando lo tomaste para limpiarte. Fue una auténtica y verdadera casualidad poética, en una circunstancia extraña, muy triste y casi cómica, una de las más notorias y evidentes en su significado de toda tu vida.

Cuéntala, Gordo, tú la recuerdas mejor que yo.

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