miércoles, 8 de julio de 2009

El peletero/Cartas de una Dama muy seria (5 de 9)



14 Julio 2008

12 de enero

Amor mío, creo que hace tiempo te comenté que habíamos detectado en Daniel, que como ya sabes tiene seis años escasos, señales de tartamudez. Al principio no le di importancia, pero he de confesarte que han aumentado y casi ya puedo decir que ahora es un problema notorio. Todo está relacionado con sus problemas de conducta y atención. Pero a mí me preocupa mucho por lo que pueda representar en su desarrollo, que lo convierta en una persona retraída y que dificulte su relación con los demás. Ya sabes cómo son los niños, mucho más crueles que los adultos, y a mí se me parte el alma al pensar que pueda ser objeto de burla por parte de sus compañeros. Luis y yo estamos preocupados aunque el psicólogo que lo lleva no le da demasiada importancia. Claro, como que no es su hijo. Él se muestra optimista en su recuperación; hoy en día, dice convencido, esa no es una dificultad grave, hay maneras de solucionarlo.

Espero que tenga razón. Cuando los hijos tienen problemas de este tipo no puedes dejar de mortificarte pensando si no has tenido parte de culpa, si el trabajo y tus propias preocupaciones personales te habrán impedido prestarles la atención que necesitan, ser tan buena madre como debes y quieres ser. Y este problema de Daniel me preocupa mucho. Ya sabes que soy una buena periodista, he dado y doy conferencias, he colaborado también en un programa de radio y sé por experiencia propia lo importante que es la palabra y su expresión oral. Mi primer trabajo fue precisamente en una pequeña emisora local. Recuerdo que cuando me contrataron el director me llevó a su casa, yo me temí lo peor, sospeché que se quería acostar conmigo, hacerme chantaje para darme el empleo. Al llegar recelé de él todavía más, se fue directamente a la ducha, se desnudó y se metió en ella. No me pidió que lo acompañara, a mí se me subió la mosca detrás de la oreja, incluso pensé, “ahora me deja tirada”. Pero no, desde dentro de la ducha me pidió, “¡señorita, haga el favor de hablar, quiero oírla con el agua cayendo a ver que tal suena su voz de esta manera!” Luego me contó que muchas personas escuchan la radio mientras se duchan.

La voz, dicen, es lo que menos cambian las personas. Se transforma nuestro cuerpo, nuestro olor y nuestro sabor, pero la voz no, sigue siendo la misma, quizás tenga menos fuerza o potencia, pero es siempre la misma. Yo de jovencita tenía voz de mujer adulta y ahora que lo soy sigue siendo así. Me consuela saber que cuando sea viejecita continuaré teniendo una bella y sensual voz de mujer madura. Esa que a ti tanto te gusta y que dices que te enamora.

Rezo a Dios para que nos ayude. Estoy segura que lo hará. Cuando pides algo con absoluta fe siempre lo obtienes, ya lo sabes. Pero Dios te ha traído a mí sin pedirte. Eres el mejor regalo de mi vida. ¡Te quiero tanto! No paro de pensar en ti y desear tu cuerpo.

Yo soy, siempre lo he sido, una experta en lenguaje técnico, el de una economista. Siempre he sido muy cuidadosa con mis palabras y nunca he usado tacos ni digo palabras malsonantes ni soeces. Ya sabes que en mi casa no se oían, ni mi padre ni mis hermanos pronunciaron una sola vez ninguna de ellas.

En cambio tú me hablas como si yo fuera tu prostituta, para decirlo con las palabras verdaderamente adecuadas, como si fuera tu puta y tú mi cliente. ¿Y sabes qué?, me gusta, me gusta mucho que me hables así, y no me molesta que me digas que soy eso, una puta. Pero he de confesarte que de procacidades no tengo ni idea. ¿Qué es lo que se dice además de “puta”? Tendrás que enseñarme; a ti te gusta decirlas y a mí no me resultará incómodo en absoluto oírlas, creo que me excitará aún más. Para empezar, supongo que tendría que dejarme de bobadas y usar este otro tipo de palabras en según qué situaciones, palabras como "follar", "polla", "coño". Probablemente te resultan más excitantes cuando estamos "en situación", porque decirte "deseo tu pene" debe de quedar bastante cursi, ¿verdad? No tengo problemas con ninguna de ellas, lo que ocurre es que jamás las utilizo y en principio se me hace extraño, pero la verdad es que nos imagino ahora en esa escena que me describías, con la correa, a cuatro patas delante de ti y suplicando que me dejes acercarme a tu pene, y decirlo así no debe de resultar nada erótico ni excitante. ¿Tú qué crees?

Quiero saber todo cuanto te complace y te causa placer; cuando estemos juntos no es cuestión de perder tiempo en descubrimientos, cada minuto será un tesoro que no podemos desperdiciar. Y quiero hacerte tan feliz como nunca lo hayas sido. ¿Quieres que me trague tu semen? A mí me gustaría mucho.

Me resultó muy sugerente este vídeo que me enviaste, especialmente la escena en que la chica está a 4 patas, la manera en que él la embiste, eran como dos animales en celo y eso es lo que seremos nosotros. ¿Sabes qué le añadiría yo? Un par de azotes en el culete. Eso es algo que me parece de lo más excitante desde que me lo propusiste. También me gustaría embadurnar mis pechos con aceite, y hacerte lo que ella hace al chico. Incluso algo muy atrevido: masturbarme mientras tanto para ti, con algún objeto. ¿Te gustará?, ¿querrás?

Cada día que pasa estoy más deseosa de ti y más aturdida, mucho. Cada noche, antes de acostarme me masturbo contemplando tus fotografías y tu rostro.

Tienes un perfil bonito.

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