EL DINERO Y EL CAFÉ ESPESO
Obra en un solo acto y cuatro escenas
Escena tercera (y 2)
Aleka
Respóndeme.
Javier
No se puede responder a eso, pero te equivocas, eso no es nada importante. Para mí no lo es.
Lo importante es otra cosa.
¿Por qué es importante para ti?
Aleka
¿A qué otra cosa te refieres?
Javier
¿Por qué lo es para ti?
Aleka
Porque gracias a ella, a Irene, a ese trapo sucio y sin lavar, a esta niña hermosa y sucia, puedo conseguir un trabajo en Suiza, no es gran cosa, pero para mí es más que suficiente. Mira por dónde, este saco de basura del que estás enamorado me puede solucionar media vida. Y quizás la vida entera.
Gracias a ella podré ser al fin una mujer independiente de verdad.
Y ella aún te quiere.
Pero dime, ¿a qué otra cosa te refieres?
Javier
Eso es una magnífica noticia, acepta su ayuda, acepta el trabajo, di que sí, no dudes, vete a Suiza. ¿Dónde, en Lausanne?
Aleka
No, en Zürich, ya sabes que hablo bien alemán, es una empresa que necesita alguien que hable griego y alemán, son amigos de Irene.
Pero ella aún te quiere, ¿no me has oído?
Javier
Lo dudo
Aleka
¿Por qué lo dudas?
Javier
No quiero hablar de ello ahora.
Aleka
Ella me lo ha dicho, me ha dicho que sí, que te quiere
Javier
Se hace la víctima, nada más, quiere provocar lástima.
Aleka
¿La víctima de qué?
Javier
De cualquier cosa. Mejor pregúntaselo tú, yo no tengo ganas.
Aleka
Ya lo he hecho.
Javier
¿Y qué te ha respondido?
Aleka
Que no has comprendido su alma, y que tú no le has abierto la tuya. Eso me ha dicho.
Javier
¡Por favor Aleka, no me hagas reír!
Aleka
Sí, la verdad, yo también estuve a punto de partirme de risa.
Javier (sorprendido)
¿Tú también?, no te creo, ¿seguro?
Aleka
Más o menos.
Javier
Es decir, no. En realidad lloraste con ella.
Aleka
Me dio lástima, pobre muchacha.
Javier
Mientes.
Aleka
Sí, miento, es cierto, no sabía si romperle la cara de una bofetada o aguantarme la risa.
Javier
¿Y saber eso es importante para ti?
Aleka
Sí.
Javier
¡Vaya tontería!
Aleka
¿Por qué eres tan desagradable cuando quieres?, haces daño, ¿sabes?
Saber eso para mí lo es, no lo desprecies de esa manera.
Javier
Ya me dirás por qué lo es, pero lo verdaderamente importante es otra cosa, ya te lo he dicho.
Aleka
¿Qué es eso tan importante?
Javier (Hastiado y dudoso)
¡Lo importante es la deuda que tenemos con tu padre y con Vanguelis! Eso sí que lo es.
Aleka (Sorprendida)
¿De qué demonios me hablas?
Javier
De una deuda que difícilmente podremos pagar.
Aleka
¿Deuda?
Javier
¡Sí!, ¡eso!, ¡dinero!, ¡dólares!, sabes qué son, ¿no?, billetes de banco.
Aleka (Ofendida)
No seas sarcástico otra vez, me ofendes.
Javier
Perdona.
Aleka
Claro que sé lo que significa el dinero, por qué crees que encontró Alexis a una jovencita, una monada de muchachita dispuesta a irse con él, un coñito aniñado, ¿por amor?, ahora sí que me río, claro que no, porque tenía dinero ¡y lo tenía cash! Lo había escondido, ni siquiera yo lo sabía, y era una buena cantidad. Era un buen dinero negro, libre de impuestos, hubiera podido denunciarle pero entonces habría perjudicado a nuestro hijo. Si llego a descubrírselo se lo quito.
Por qué crees también que Giorgios, ése que es mi hijo quiere marcharse con él. Por el dinero. ¿Ama a su padre?, he oído mejores mentiras que esa.
Antes vivíamos bien. Alexis ganaba lo suficiente y ahora solamente me lo da para nuestro hijo Giorgios, exclusivamente para él. Vive mejor mi hijo que yo.
Javier
Deberías alegrarte de que tu hijo viva bien. ¿O quieres entonces que te siga manteniendo tu ex esposo?
Aleka (Riéndose irónica)
Así que vais a arruinar a Dimitris&Vanguelis, cuéntame.
Javier
No hay nada que contar, es una historia triste. Dinero que no se puede pagar, eso es todo. Pedro está viejo
Aleka (Divertida)
Tiene gracia, puestos ya, acuéstate otra vez conmigo, con su hija, así el escarnio será total.
(Riéndose) ¡Déjame embarazada amor mío!
Javier
¡Aleka!, no es para reírse. El problema es grave. No debería contárselo a la hija de Dimitris, precisamente a la hija de la persona a la que le debemos dinero.
¿Ves?, siempre hablo demasiado.
Aleka
Aquella semana también hablaste mucho. Me gustó lo que decías. Me enamoré…
Javier
Deja aquella semana tranquila.
Aleka (Sonrisa tímida)
¿Sabes que estoy enamorada de ti? Por eso también es importante Irene.
Javier
¡Vaya!, ahora me sales tú con eso.
Aleka
¿Te molesta?
Javier (Enfadado, dándole la espalda)
No sé que decirte.
Aleka
¿Lo sabías? ¿Sabes que te quiero?
Javier (Dudando)
Me lo temía…, aunque eso nunca se sabe del todo…,
(Triste) Querida Aleka cualquier buena historia se termina deteriorando cuando aparece el amor. El amor lo estropea todo, aún no has aprendido esa lección tan simple.
Aleka
¿Te lo temías?, ¿tan horrorosa soy?
Javier
Ya sabes a qué me refiero.
Aleka
Sí, lo sé, ya me doy cuenta, ya veo que no ha sido una buena noticia.
Javier
La verdad es que me sabe mal por ti.
Aleka (Ofendida)
No te preocupes por mí.
Javier
Me sabe mal por los dos.
Aleka
Y ¿qué piensas hacer, ahora que lo sabes?, que lo sabes seguro, quiero decir.
Javier (Intentando ser cariñoso)
Aleka, yo no te quiero. Si te quisiera terminaríamos arruinando nuestras vidas.
Aleka
Pero me quisiste, entonces me quisiste, tú mismo lo has dicho hace un par de minutos. ¿Aún quieres a Irene?
Javier
Te repito que no quiero hablar ni de ello, ni de ella.
Aleka (Se levanta y en silencio se acerca a Javier. Tímida y tartamudeando un poco)
¿Te gustaría hacer el amor conmigo Javier?
Javier (Quejoso)
Aleka, ten piedad de mí. Te lo ruego, por favor.
Aleka
¿Te gustaría o no?
Javier
Claro que sí, claro que me gustaría.
Aleka
¿Quieres que lo hagamos?, ¿aquí mismo, encima de esas pieles?, ¿ahora?
Javier, suspirando, levantando los brazos y mirando al cielo, se pone de pie y se dirige al tablero donde ha quedado la botella de vino, se llena un vaso.
Javier
Ya que todavía no has hecho café, tomaré al menos un poco de vino, ¿quieres tú?
Aleka también se acerca mucho a Javier, casi su cuerpo toca el de él. Javier al darse cuenta se aparta de ella
Javier
No hagas eso Aleka, no debes hacerlo.
Aleka
Las hago porque soy tonta, no es un disfraz para sobrevivir, lo soy. No me dejes sola Javier.
¿Tienes miedo de las mujeres, Javier?
¿Te damos miedo?
Javier (Apartándola suavemente con las manos)
Si así fuera más a mi favor, con más motivo no debes hacer eso.
¡No debemos hacerlo!
(Los dos se callan)
Aleka (Mirando a Javier)
¿Me temes? ¿Cuando haces el amor con Irene tienes miedo? ¿Temes su fuerza, su poder, mil veces mayor que el tuyo? Respóndeme.
¿Te asusta esa energía devastadora?
¿Tuviste miedo de mí aquella semana?
(Javier se mantiene callado)
Dime algo.
¿Te dio miedo mi boca? ¿Te da miedo la voracidad de una mujer?, ¿su sexo abierto de par en par?, ¿su hambre?, ¿su codicia?, ¿su resistencia superior a la tuya? ¿Temes morir cuando amas a una mujer?
No te calles, responde. ¿Tienes miedo? ¿Te asusta nuestra oscuridad?
(Aleka se lo mira con atención. Javier no responde, no la mira, tiene los ojos clavados en la ventana)
Javier (Bebe un sorbo de vino, baja la cabeza y la levanta para preguntarle)
Tu hijo se quiere ir con Alexis, ¿Su decisión es definitiva?
(Aleka está unos segundos sin responder, mirándolo. Se sienta en una silla, parece muy cansada)
Aleka (Suspirando y jadeando)
(…)
Sí, antes de un año se irá a Nueva York, Alexis ahora vive allí, ¿lo sabes, no?
(…)
La ciudad también forma parte del paquete y del atractivo para irse a vivir con su padre.
Javier
(…)
Sí, ya sé que vive allí
(…)
(Silencio, los dos se callan y no se miran)
(…)
Aleka (Sin mirarlo)
¿No me das la más pequeña oportunidad?
Javier
No te la puedo dar, porque además tú tampoco me quieres.
¿Esa es la verdadera razón de que estés ahora aquí?, ¿decirme que me quieres?
Aleka
Sí, esa es la razón, decirte que te quiero ¿Crees que te miento?, ¿por qué debería hacerlo?
Según lo que tú me digas me iré a Suiza o no. Es la decisión más importante de mi vida, ayúdame a tomarla.
A mí no me preocupa el dinero, si tienes mucho o tienes poco…
Esa deuda que me cuentas debe ser para desalentarme, ¿no?
Javier
No es cierto que me quieras, tampoco es cierto que no te importe el dinero, eso es lo que quieres creer. Fantaseas.
Y sí, también es para desalentarte, también es para eso.
Aleka
Yo no te miento.
Javier
Aleka…
Necesitas creer que me quieres.
Aleka
¿Qué dices?
Javier
Hablas por hablar. Te gusta mirarte al espejo y hablarte.
Aleka
¡Estás loco! ¡No es cierto!, te digo la verdad. ¿Por qué supones que debo mentir? ¿Qué debo hacer para que me creas?
No me dejes sola Javier. No dejes que me vaya a Suiza, no dejes que lo haga.
Javier
Me mientes porque mañana me iré y no me verás hasta dentro de dos o tres meses.
Aleka
¿Y eso significa que no te quiero?
Javier
Claro, eso significa.
Exactamente eso.
Precisamente eso.
¡Has acertado!
Soy extranjero y vivo en la otra punta del mar.
Aleka
Algo te ocurre además de lo que ya me has contado. No entiendo por qué me hablas así. Eso que dices no tiene ningún sentido. Tú vendrás y yo iré, nos veremos a menudo, y luego…
Javier (Interrumpiéndola)
Sí tiene sentido. Deseas acostarte conmigo no porque me quieras, no, no es eso. Quieres hacerlo porque mañana me voy.
Aleka
¿Tan guapo te crees? ¿Si quisiera solamente un hombre en mi cama no te elegiría a ti?
Javier
Yo tampoco te elegiría a ti si quisiera acostarme con un hombre
Aleka
Definitivamente el sarcasmo es uno de tus principales cualidades..
Yo estoy dispuesta a ir a España Javier, y también estoy dispuesta a…
Javier (Interrumpiéndola otra vez más y enfadado)
Tú no estás dispuesta a nada. ¿Tan ingenuo me crees?
Aleka (Apenada)
¿Por qué me dices eso? ¿Quieres hacerme daño?
(Javier no responde)
Aleka
¿Qué sabes tú de mí?
Javier
Lo importante es qué sé yo de mí. Pero ya que me lo preguntas no es verdad que hayas hecho vida de monja.
Aleka (Sorprendida)
¿Qué estás diciendo?
Javier
No es asunto mío, no tengo ningún derecho a censurar lo que haces o dejas de hacer con tu vida íntima, pero al menos que yo sepa has tenido un amante durante un buen tiempo, alguien con el que ya te acostabas antes de separarte de Alexis y de acostarte conmigo aquella famosa semana. Un maestro joven de la escuela de tu hijo, el profesor de gimnasia, precisamente. Y de la que naturalmente tú no eras ni has sido nunca su única amante, claro. Recuerdas de quién te hablo, ¿no?, de aquel muchacho que según tu misma decías tenía un físico portentoso, ¿recuerdas?
Aleka (Ruborizada)
¿Cómo sabes eso?
Javier
Lo sé y nada más. ¿Aún no sabes quién soy, Aleka? ¿Todavía no me conoces?
Aleka
Y tú te lo crees, ¿verdad?
Javier
Por supuesto.
(Ahora es Aleka la que se mantiene en silencio)
Javier
Sabes que Alexis y yo somos amigos, ¿no?
Aleka (Nerviosa)
¿Qué quieres decir?, ¿te ha contado algo de mí?
Javier
No…, nada que no debiera. ¿Qué me tenía que haber contado? Alexis es un caballero. No te pongas nerviosa sin necesidad.
Aleka (Enfadada)
No estoy nerviosa, estoy enfadada. ¿Por qué me hablas de él? No le habrás dicho lo de nuestra semana, ¿verdad?
Javier
Sí, sí se lo he dicho, claro, ¿por qué no?
Aleka (Sorprendida)
¿Se lo dijiste?, me lo temía.
Javier
Sí, un año después. En su debido momento.
Aleka (Estupefacta)
¿Y qué te respondió?, ¿cómo se lo tomó?
Javier
Bien, se lo tomó bien. Además ya lo sabía, siempre lo supo. También sabía lo del profesor de gimnasia y algunas cosas más. ¿No quieres saber que ya no vive con aquella niña?
Aleka (Atónita)
¿Cómo dices? No, no lo sabía. ¿Con quién vive?, ¿vive solo?, ¿a qué más te refieres?
Javier
Sí, vive solo… Creo…
Aleka (Pensativa)
¡Cállate! Que viva con quien quiera, no me importa.
¿A qué más te refieres?
Javier
No me lo contó, ni yo se lo pregunté.
Javier se queda en silencio mirándola, no se acerca, incluso se aleja unos pasos.
Aleka mira a Javier.
Aleka
Te quiero, créeme, ¿Piensas que aún sigo enamorada de Alexis?
Javier
Yo no pienso nada.
Aleka
No me dejes sola, Javier, te lo ruego. (Le tiende una mano)
Javier (Sin recogerle la mano)
Si quieres que te crea lo haré, te creo, pero he de dejarte sola. He de irme.
Aleka
¿Por qué?
Javier
No quiero tener una amante que viva al otro lado del mar y verla cada unos cuantos meses. No quiero ni siquiera tener una amante. Se acercan malos tiempos, Aleka.
Aleka
¿Te refieres a la guerra?
Javier
No me refiero a eso. Malos tiempos para mí, tú no puedes acompañarme.
Y Pedro está enfermo.
Aleka
¿No puedo acompañarte, dices?, ¿a dónde? Habla más claro.
¿Qué le ocurre a Pedro, tu padre? ¿Está enfermo?
¡Parece que te estés inventando inconvenientes, excusas, deudas, enfermedades! ¿Qué más hay?
Javier
Desgraciadamente no me invento nada, todo es malditamente cierto. Y además no eres mi esposa Aleka, por eso no puedes venir conmigo. Sólo eres una buena amiga, nada más que eso. Nada más, y eso no es suficiente.
Aleka
Pero puedo serlo si tú me dejas. Yo quiero ser tu esposa, sentir que lo soy
¿Qué le ocurre a Pedro?, ¿no se encuentra bien?
Javier
No, no puedes. Eres una mujer desconcertada y sola. Y yo no quiero ni vivir con mujeres solas ni acompañarlas. Con mi soledad tengo suficiente.
Pedro está viejo, ésa es su enfermedad.
Aleka
Eso no es una enfermedad.
Javier
Sí que lo es, y de las peores.
Aleka
¿Demencia?
Javier
Sí, Alzheimer, por eso tampoco puedes venir.
Aleka se queda en silencio
Aleka
¿Alzheimer?
Javier
Sí, está en sus inicios.
Aleka (A punto de llorar)
Yo te podría ayudar. Mi ayuda te puede ser necesaria.
Javier
Gracias por decirlo Aleka, es lo mejor, lo más noble y lo más hermoso que has dicho esta tarde, gracias Aleka.
Aleka
Te lo digo de verdad, te puedo ayudar.
No digas que soy una mujer desconcertada y sola ¿Irene qué es?, ¿a ella qué le sucede?
Javier
Ya lo sabes por ti misma Aleka, Irene es todo lo contrario. Ella no se encuentra nada desconcertada, es muy inteligente y muy joven, demasiado para mí. Nunca está sola. Su trabajo en Suiza, en las Naciones Unidas, es un muy buen empleo, y ahora con la guerra puede hacer carrera, subir unos cuantos peldaños, las guerras tienen eso, pasas de capitán a general en poco tiempo.
Si sobrevives, claro.
Pero ella sobrevivirá, aunque siempre está enfada.
Aleka
¿Tienes celos de ella?, ¿de una mujer con mejor trabajo que tú y más dinero?
Javier
Tú sabes que no, pero ella no abandonará Suiza ni yo España. Además es demasiado joven para mí, ya te lo he dicho, su camino se aparta del mío.
Aleka
Dices que está enfadada ¿Contigo?
Yo no estoy enfadada.
Javier
Está enfadada consigo misma.
Aleka
¿Por qué?
Javier
Quizás tiene miedo, quizás no le gusta el café griego.
Nació enfadada, sabe que hace algo mal, pero no se atreve a averiguarlo. Averiguarlo sería demoledor para ella.
Tiene miedo, y eso la puede enfermar. A la larga el miedo siempre cuesta caro, lo más normal es que se vuelva loca. Todos los que tienen miedo terminan enfermos.
Aleka
¿Loca? ¿Qué es lo que Irene hace mal?
Javier
Estoy cansado Aleka.
Aleka (Con una risa triste y empezando a llorar)
Siempre me menosprecias, siempre dejando las frases a medias.
Javier
Te puedo asegurar que no.
Me burlo de mí, no soporto estas conversaciones amorosas.
Aleka
Ésta es de desamor.
Javier
Es lo mismo.
Aleka
¿Soy vieja para ti?, apenas te llevo cinco años, no son muchos. Procuro estar guapa.
¿No te gusto?
Javier
Me gustas Aleka, no es eso. Me gustas mucho, tienes los pechos más bonitos y más sexis que…, que…, son iguales a los de mi madre y mucho mejores que los de Irene.
Aleka
¿Bienvenida tiene los pechos bonitos?
Javier
Ya la conoces, tiene los mejores.
Aleka
Y tú ¿cómo sabes eso?
Javier
Porque se los he visto. Mejor dicho, me los ha enseñado.
Aleka
¿Las madres españolas hacen eso? ¿Enseñan sus pechos a sus hijos?
Javier
No sé. La mía sí.
Aleka
Quiero ser como ella.
Javier
No puedes Aleka. No es el momento. El momento ha pasado. El momento pasó hace cinco años. Hace cinco años nos equivocamos todos.
Aleka
¿Qué momento es entonces?
Javier
Ya te lo he dicho, soplan malos vientos. Lo siento, no es el momento para tener amantes y quizás ni siquiera para tener esposa.
El barco se hunde, Aleka. No te has dado cuenta de que ya he tenido que decir eso de “niños y mujeres primero”.
Suena rara esta palabra.
Aleka
¿Cuál, esposa?
Javier
Sí, ésa, esposa.
Además…
Aleka
¿Qué?
Javier
Yo ya no te quiero.
Aleka
Yo sí, yo aún te quiero.
Javier
(…)
Javier se calla.
(…)
Aleka
¿Javier?
Javier
¿Sí?
Aleka
No me dejes sola.
El ascensor vuelve a sonar, y a pararse.
Se abren las puertas y aparecen Pedro y Dimitris.
Se apagan las luces.
FIN DE LA TERCERA ESCENA
2 comentarios:
Esa idea o concepto jurídico del matrimonio es un error.
Los matrimonios deben caducar cada ciertos años, dejar que la pareja sea libre por ley, y si quieren continuar pues bien...
Es mas, cero matrimonio.
Eso lo inventaron unos cuantos para ganar cierto interes, dinero, fortunas, etc.
Ricos con ricos, pues matrimonio, soc. legal de bienes gananciales.
En un matrimonio confluyen muchas cosas, muchos intereses y anhelos. En los matrimonios se expresan y se abocan nuestras esperanzas y nuestros miedos. Es un cajón de sastre demasiado lleno, atiborrado.
Los resultados son escasamente buenos y abundantemente malos. Pocas son las alegrías y satisfacciones y muchas las frustraciones y fracasos.
Eso que apuntas debería ser así, lo malo es que a las parejas y matrimonios les gusta tener hijos, en muchos casos también para proyectar en ellos sueños y temores de nosotros mismos. Casi todos los padres aspiran a que sus hijos estén hechos a su imagen y semejanza.
Muchos saludos, Paraula
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